La intervención cognitiva en DCL es clave para mantener estables los casos de deterioro cognitivo y prevenir situaciones de mayor dependencia.
Este tipo de grupos creados para un perfil más joven de pacientes y desde estadíos de afectación tan iniciales contribuyen a que el paciente sean un agente activo en su propio plan de cuidador y que se conciencia de la importancia de las terapias de estimulación cognitiva para este tipo de procesos.
Además, realizar este tipo de actividades, favorece las relaciones sociales e interpersonales de este tipo de pacientes que suelen presentar apatía y cierto aislamiento social. Por otro lado, contribuye a romper tabúes sobre este tipo de terapias a las que todavía la gente rehuye creyendo que son para estadios más avanzados de la enfermedad.
El entrenamiento cognitivo es un pilar fundamental del envejecimiento activo y saludable, por lo que se deberían de implementar este tipo de programas a la población adulta mayor.