La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo por que afecta al sistema nervioso, produciéndose unos mecanismos de daño y posterior degeneración de las neuronas ubicadas en la sustancia negra. Estas neuronas son las encargadas de producir la dopamina, un neurotransmisor que cuando el cerebro no dispone de dopamina suficiente los mensajes de cómo y cuándo moverse se transmiten de forma errónea, apareciendo de forma gradual los síntomas motores típicos de la enfermedad: temblor, bradicinesia (lentitud de movimientos), rigidez e inestabilidad postural. Es imprescindible para dar un tratamiento correcto a esta patología que éste sea integral, es decir, al tratamiento médico y/o quirúrgico que se ofrece desde los servicios sanitarios ha de complementarse con tratamiento rehabilitador como son: fisioterapia, logoterapia, acuaterapia, psicoterapia, musicoterapia, etc... para que la persona afectada tenga una mejor calidad de vida tanto dentro de su ámbito familiar como en su entorno socio laboral. Este tratamiento debe ser ofrecido de forma continuada y no puntual puesto que hablamos de una enfermedad degenerativa, crónica y progresiva y desde el Sistema Público de Salud solamente se ofrece determinados servicios rehabilitadores de forma puntual. Este servicio en la actualidad solo es ofrecido a través de las asociaciones de pacientes en todo el territorio nacional.